domingo, 12 de julio de 2009

Capítulo I: Continuacion 1


Cerré detrás de mí la puerta de la habitación conyugal, temblaba un poco y mis mejillas tenían un leve tono rosado, lo supe por su timbre de voz al preguntar:

“¿Estas bien?” algo alarmado.
“No te preocupes, hoy no estoy enferma” contesté
“Como si tu enfermedad fuese momentánea”
“Eso quisiera….” Susurré y me dirigí al baño.

“¿Y cual es el problema?” reanudaba su interrogatorio, cuanto odiaba yo no tener privacidad.
“Tu nuevo huésped, ¿acaso pretendes que vivamos con tu hermano toda la vida?”
“ ¡Pero cariño, si solo tiene aquí una semana!”
“Sabes que es un pedante y que esa música ya me tiene hastiada” le reproché, dejando caer mi vestido color café.
“Es bastante extraña tu reacción, ¿malos recuerdos de tu recaída? Solía gustarte escucharlo tocar cuando tenias 14, incluso a mi llegada pensé que te gus..”
“Por supuesto que no. Tu y yo estábamos comprometidos.” Me apresuré a responderle, mientras le dirigía una mirada a la mujer en el espejo de baño.

“Y gracias a su música me casé con la mejor novia del mundo” concluyó. Yo sabía lo que esas palabras significaban, mejor novia del mundo, cuanto malestar me provocaba pensar en aquella frase, ¿me habría visto alguna vez? Cuestionarme de esa forma hacia que mi rostro perdiera el poco color que le quedaba, los flashbacks eran inevitables desde que él llego a la casa.

Mi madre biológica era...Una mujer muy astuta, nunca la culpé pues no teníamos con que comer. Nunca tuvo una educación decente, pero yo si la tuve y ella dio todo lo que tenia para que eso sucediera, su cuerpo fue lo primero en la lista.

Tenia 7 cuando la señora Moore en una de sus "actividades altruistas" encontró la casa (si así se le llama al chiquero que me vio nacer) en donde mi madre y yo vivíamos. Iris no dudó un solo instante en regalar su hija a quien pudiera darle lo que ella nunca le daría, y yo pude ver en sus ojos que mi madre no viviría mucho después de aquel momento.

Por eso lloré... con el corazón, porque en cuanto pude comprender la situación se apoderó de mi un pánico indescriptible, ¿cómo era yo capaz de dejar a mi madre morir? ¿De firmar su sentencia de muerte? Las lagrimas huían desconsoladas de mis ojos y yo me aferraba fuertemente a mi pecho, como si eso me detendría de decidir entre la muerte de mi único amor y mi futuro perfecto.

Porque eso sucedía: mi madre me donaba, como se dona cualquier inmueble o mueble sin valor pero eso a mi no me importó porque yo sabia que en realidad ella estaba regalando su vida, todo por cuando se sacrificaba ¿cómo soportaría acostarse con esos hombres si ya no era por su hija?.

Me miré en el espejo nuevamente al recordar aquello que aun me marcaba, como un tatuaje en lo más profundo de mi alma. Todo se reduce a esto, yo soy hija de mi madre, pensé.

Así que, al llegar a la enorme (de esa forma la veía yo) casa de cuentos la familia Moore quisieron ser como una verdadera familia para mi, solo que yo no sabia cual era la real conspiración de la señora.

Poco después enfermé y lo único que mantuvo mi cordura y mi salud estable fue...La música. La de un joven que...

"¿No vienes a la cama?" Alexander, como siempre, interrumpiendo mis pensamientos. Esta es la maldición del dinero, me dije a mi fuero interno.

"Por supuesto" respondí con ese tono mío y cuando salió de mi boca mi presunción se había afirmado, era yo la que hablaba con ese juego de palabras. La noche no seria larga si pretendía que fuese él y no Alexander quien durmiera conmigo...

Y cuando todo terminó me encontré de nuevo sumida en mi agonía, ya lo había dicho y yo no me equivoco cuando se trata de mí, sabia que a la mañana siguiente pagaría mi error de haberle herido...

Playlist: He pecado-Cabas, Bunbury & Orishas
Sinfonias del silencio- Bocatabu
A los comments: Que bueno que les gusta, pensé "el colmo sería que a quienes le dedico mi corto cuento no les gustara. Esta continuacion no es muy buena pero la beba esta haciendo de las suyas.
XD si fue un "felicidades" XD
Del blog: lo arreglaré, me lo prometo en cuanto tenga tiempo.

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