sábado, 22 de agosto de 2009

El Violín/ Capítulo II: El último poema.


Capitulo II: El último poema


A Steffi que prefirió a Derek en lugar de Mark.
Luego...A la gente que respira...Pero esta muerta.


Dicen en el campo que si llueve el día en que una persona muere, esto quiere decir que su alma era pura.


Yo no sé si es cierto, pero desde aquel crepúsculo que junto con Vanessa nos trajo la noticia de la muerte de Arthur la lluvia no vio su final. Entonces era un verano bizarro, pero típico de nuestro clima.

Las exequias fueron en nuestra casa, según Vanessa él lo hubiese preferido por encima de la soledad que ahora se respiraba en su última morada. Todos estaban en el salón mas grande y en la habitación contigua se encontraba el ataúd, de allí provenía la música del violín de mi amado.

“Tu deberías tocar también” La voz serena de Vanessa sonaba en la cocina, en medio del silencio que reinaba entre ambas. La miré, traté de sonreír pero con ella no me era fácil fingir. “Tienes tanto tiempo sin hacerlo” añadió, mas para ella que para mi.

“Si” respondí al tiempo que cortaba las cebollas, como era un día frío se me ocurrió incluir en el menú una sopa. Como odiabas estas malditas sopas para enfermos, pensé.

“Hoy tengo ganas de hacer lo que él quería, de hacer lo que nos gustaba” habló de nuevo la muchacha de ojos grisáceos. Hizo una pausa en sus labores para recogerse el pelo corto de color chocolate.

“Hacer nada y contemplar la naturaleza” le contesté, sonreí y me dolió el rostro pero al fin había sonreído desde el alma.

“¿Qué crees que hubiera dicho en su discurso de despedida?” Me preguntó, su rostro parecía intrigado. Tal vez pensaba.

“Oh, ya sabes como amaba dar sus discursos” respondí en tono de burla “Arthur Brian Moore, ese hombre tan poeta diría ´Viví, me la cogí y mucho que lo gocé´ ”

Vanessa sonrió complacida mientras asentía “Creo que nuestro padre desearía que le hicieras compañía”

Hice como que no entendía la frase “Oh no! Cariño yo no pienso morir por ahora, pero de seguro que algún día le haré compañía”

“!Oh! Aimee, ¡que tonta eres!. Hablo de Derek, no seas idiota, ¿si? Mira que mi pobre hermano esta muy triste, lo escuchas tocar, esta tan solo…”

Hablaba como una niña que pide un dulce en navidad. Pero se equivocaba, Derek no estaba solo. “Su prometida ha venido desde lejos, ¿acaso no es ella quien debe acompañarle en su luto?”

“Ha salido con Alex, le acompaña a comprar unas cosas de último momento” Contestó, con la seriedad fingida.

“De ser así, si me cubres en la cocina hablaré con tu hermano, tal vez le sea de ayuda” dije mientras lavaba mis manos.

“Ya sabes que estamos aquí para no llorar delante de los invitados, si tienes a julia y las demás chicas alejadas para que te dejen en paz”

“Oh, cuánta sabiduría hay en tus palabras” me burlé de ella mientras mis tacones negros hacían poco ruido al caminar.

***

El ataúd estaba cerrado y la música continuó a pesar de mis pasos, fue en ese momento en que comprendí las palabras de Vanessa. Derek estaba sólo, su música también y desee tener un violín para acompañarle. Puede que tuviera razón, puede que lo único que nos une sea, al final de todo, la música.

“Pensé que nunca nos quedaríamos solos” El violín se detuvo. Habló.

“Ambos hemos estado ocupados esta semana…” no encontraba otra excusa mejor.

“Te extrañé…” susurró. Increíblemente yo me ruboricé.

“Hace años que no veía ese color en tu rostro” Comentó, yo desvié la mirada, hacia el frente donde descansaba el único padre que conocí.

“Perdí tiempo amor –me dijo, mientras ocupaba su mano libre entrelazándola con la mía—Ya no podré pedirle tu mano en matrimonio a mi padre”

Aquello era un golpe, sin importar desde que punto lo viera. Sentí el peso del tiempo en mis hombros y una tristeza que me envolvía desde todas direcciones. Lo miré buscando que mi victimario también me consolara. Oprimí su mano y luego la solté asustada al escuchar el ruido de la puerta que se abría sin avisar.

“Luna…” dije en un tono cortés, tan característico de mi.

“Aimee, que bueno verte—dijo la chica en un tono demasiado alegre para el encuentro—No te había visto y ya me preocupaba”

“Si, bueno, gracias. Estaré por ahí si me necesitan” ¿Que demonios se cree esta? ¿Preocupada por mí? Por supuesto, rubia plástica y anoréxica.

Celos malditos celos, que me mataban.

“Solo no te pierdas Aimee, que aun no terminamos la conversación” la voz de Derek se alzaba un poco al ver que daba la espalda.

“¿Y de que hablaban amorcito?” escuché que le preguntaba la barbie en un tono muy parecido al fucsia chillón. Me alejé tan pronto como la lentitud de la paciencia me lo permitió.




Playlist: The Fray: She is, How to save a life, You found me.
Caetano Veloso: Tonada de luna llena.

5 comentarios:

Lissarette dijo...

Dios mio! que maldita pieza! me encanto, si alguna vez escribes un libro juralo que lo compro y te persigo! deberias escribir algo de mi!!! (yo y mi vanidad jaja) eres muy buena....

Cuando eramos mas jovenes me dijiste que querias ser escritora...que paso? tienes TANTO talento...pero bueno.

Je te aime mein liebe (liga de aleman y frances)

y eso nunca cambiara.

MiSs OtRaS y Yo dijo...

"A la gente que respira... pero está muerta"
Y que lamentablemente es mucha. A esa gente yo le desearía un gran amor.
Muy bueno el blog.

Alexander Corleone dijo...

Que talento tienes a la hora de escribir.. he quedado encantado con este post...

te invito a pasar por mi blog!!

SILENCIO CRONICO dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
SILENCIO CRONICO dijo...

He leído tu historia por recomendación de un amigo (Mihail Garcia) y como otros he quedado envuelto en ella,
Espero con ansias una próxima parte y las que han de seguir si es el caso,
Me encanta tu pequeña historia (el violín).